La historia de Purullena se remonta al menos al año 1800 a. C., según los hallazgos hechos en el yacimiento arqueológico de Cuesta del Negro. En este yacimiento encontramos un recinto fortificado y una necrópolis con ajuar funerario así como un asentamiento de la Edad de Bronce tardío. Del paso de los romanos y los árabes no han quedado más huellas que unas epigrafías romanas y el toponímico de Purullena. La ciudad cayó en diciembre de 1489 en manos de los Reyes Católicos que donaron sus tierras a don Juan de Benavides. En el siglo XVII recibe el título de Villa Real, que ha mantenido hasta el siglo XX.
Su estructura urbana es típicamente árabe, de calles desordenadas y estrechas y manzanas irregulares. A ello se suma la existencia de un elevado número de viviendas trogloditas que se encuentran horadadas en la tierra horizontalmente. Es elemento destacable en el núcleo de Purullena la iglesia parroquial del siglo XVI. Esta iglesia guarda curiosidades todavía sin descubrir.
La agricultura es la principal fuente de ingresos, pues posee una vega muy fértil donde se localizan extensas alamedas y melocotoneros. El comercio de elementos de cerámica y antigüedades es otro sector que, junto a la agricultura, sostiene la economía del municipio.
Yacimientos arqueológicos descubiertos, sobre todo el de la Cuesta del Negro, permiten asegurar que esta zona estuvo ya habitada en la Prehistoria, al menos desde el periodo comprendido entre los años 3000 y 1800 antes de Cristo. Su nombre, sin embargo, procede del árabe y hace alusión a las torres defensivas que se construyeron en la Edad Media sobre el río Fardes para impedir la penetración de los caballeros cristianos acampados en Cazorla. En este sentido de frontera tuvo un especial protagonismo durante la última etapa islámica, la de los nazaritas, hasta que cayó en manos de los Reyes Católicos en 1489 y fue cedida a Juan de Benavides. Después pasó a ser un anejo de Marchal y en el siglo XVII recibió el título de Villa Real que ha mantenido hasta el XX. Eminentemente agrícola y artesana, se ha destacado por sus frutas, especialmente melocotones, y por su cerámica, que vendía a los usuarios de la antigua carretera de Guadix, por lo que perdió mucha actividad al inaugurarse la autovía y a pesar de la vía de servicio donde sigue ofreciendo sus productos.